Comunidad

La obra “Comunidad”, traza líneas invisibles entre el frío metal y la cálida esencia de lo humano. La obra, un cubo de hierro perforado, se erige como un testamento a la dualidad de la vida urbana: la proximidad física y la desconexión emocional.

En las seis caras del cubo, siluetas de casas perforan la oscuridad, cada una una variación única de hogar y comunidad. Pero en el corazón del cubo yace un vacío, una negrura que refleja el eco sordo de la soledad en medio de la multitud.

El hierro, se presenta como un símbolo de fortaleza y vulnerabilidad. Resistente pero propenso a la corrosión, como nuestras relaciones, sólidas pero frágiles ante el desgaste emocional. Las casas perforadas, como cicatrices en la piel del cubo, revelan la ausencia y el vacío que a menudo se esconde detrás de la fachada de la comunidad. El hierro sólido se convierte en una estructura permeable, una metáfora de la fragilidad de las conexiones humanas.

La luz, danza entre las sombras proyectadas entre los huecos de las casas. Patrones cambiantes, efímeros, como las relaciones en el tejido urbano, que se desvanecen y se transforman con el tiempo.

“Comunidad” nos invita a explorar las complejidades de la vida urbana, a cuestionar la verdadera naturaleza de la conexión humana y a reflexionar sobre la transitoriedad de nuestras relaciones en el contexto moderno. Una narrativa visual que trasciende lo tangible, invitándonos a reflexionar sobre la esencia misma de la existencia urbana.

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